Estos últimos días han sido realmente duros. Entre seminarios, clases y estudiar no he tenido casi tiempo para descansar y visitar Madrid. Lo único bueno es que he encontrado trabajo de cocinera en un mc donalds de Moncloa y me pagan lo suficiente para poder pagarme el piso y comer, asique estoy muy contenta. Además ayer logre platicar con mis papas, les hecho tanto de menos… dicen que todos mis hermanitos preguntan mucho por mí, en especial Casandra, y que allá me hecha de menos mucha gente. Ojalá pudiese ir a verles. Les conté lo grande que es Madrid y lo simpáticas que son mis nuevas amigas, Julia y Sara en especial, que me ayudaron mucho durante mis primeros días acá. Les conté que los papas de Sara me estuvieron invitando a comer cuando vieron que me faltaba dinero y que la mama de Julia me regalo el celular que uso ahora para llamarles. También les platiqué sobre mis clases, sobre lo mucho que disfruto aprendiendo. Lo único es que no me acostumbro a este clima porque hace mucho frio.
Sin embargo no les conté a mis papas lo que me dijo una señora mayor cuando estaba en la calle diciéndole a un compañero de clase que no entendía una explicación del profesor. Creo recordar que sus palabras exactas fueron “lo entenderías si fueras española”. Sé que no es algo muy fuerte, pero lo dijo con tanto desprecio que me dolió mucho. Además yo me quedé callada, sin saber qué contestar y mi amigo se giró y la dijo algo que ni siquiera pude entender ya que en lo único que pensaba era en llorar. No se si será porque hecho mucho de menos a mi familia o porque acá las costumbres son muy diferentes, pero a veces siento que no me adapto. Siento que estoy sola y me dan ganas de volverme a Bolivia.
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